Una enfermera inglesa se metió en un baño caliente para aliviar lo que ella pensaba que eran dolores de estómago. Pero lo que en realidad sucedía, era que estaba embarazada, y dio a luz en ese mismo instante.
Jodie Kenna, de 25 años, que ni siquiera sabía que estaba embarazada, fue enviada a su casa desde el trabajo para que descanse del dolor que sufría. Pero a pocos minutos de entrar en el baño en su casa de Halewood, Liverpool, dio a luz a una bebé que llamó Isabel y pesó 3 kilos y 200 gramos.
Kenna de inmediato llamó a su pareja Alan Whitehead, de 31 años, para decirle que era el padre de una niña.
Los médicos no saben a qué altura del embarazo de nueve meses nació Isabel, aunque su peso saludable indica que estaba casi a término.
La pareja dijo que la llegada de la indesperada hija fue tanto una "alegría como también un golpe". |
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