Hacen la prueba de sonido en caso Kalimba

Chetumal (MËXICO). El juez Daniel Farah Godoy estableció en actas, durante la diligencia de reconstrucción de hechos en el hotel Grand Marlon en el caso Kalimba, que los gritos de una mujer desde el
interior de la habitación donde el cantante presuntamente violó a Daiana, sí se escuchan en la recepción del inmueble en diversas circunstancias.

Kalimba trata de demostrar con esta prueba pericial que si hubiera violado a Daiana, los gritos que ella dice haber emitido debieron escucharse en la recepción.
Lo anterior, porque los empleados del hotel que han rendido declaración ante las autoridades aseguran que nunca escucharon algún ruido.

El juez instruyó esta mañana practicar las pruebas de sonido respectivas y lo primero que pidió fue establecer que la distancia entre la recepción y la habitación 201, donde presuntamente ocurrió la violación, es de 35 metros.

Enseguida, el impartidor de justicia solicitó a una agente de la Policía Judicial de Quintana Roo ir a la habitación, representar el papel de Daiana y gritar bajo diversas condiciones.

De cuatro variantes practicadas, en tres el juez ha podido verificar hasta el momento que sí se escuchan los gritos desde la recepción.

Los gritos de la mujer fueron escuchados desde los 35 metros, cuando los hizo recostada boca abajo con la ventana abierta y boca arriba con la ventana abierta y cerrada.

Hasta ahora, la única variante en que los sonidos no fueron escuchados fue cuando la mujer policía gritó con la ventana cerrada y recostada boca abajo.

Sin embargo, las circunstancias de esta última prueba son distintas a las originales, pues los hechos ocurrieron un domingo de mañana, es decir, un día inhábil con mínima audición de ruidos exteriores.

En cambio, esta prueba ocurre en un día de actividades normales y con el ruido permanente de las plantas de energía de las antenas parabólicas de transmisión satelital de las televisoras.

En su testimonio, la joven presuntamente violada menciona que dio de gritos en las dos posiciones practicadas en la diligencia de este miércoles.

La defensa de Kalimba considera a la prueba de sonido como una de las probanzas cruciales para desvirtuar el testimonio de la denunciante, pues en todo caso, si sus gritos fueron ciertos, debiera haber testigos y hasta ahora no hay uno solo.

A lo largo de la diligencia, Kalimba se ha mostrado ansioso. Tiene un pequeño pedazo de papel en las manos que enrolla a cada momento, pellizca insistentemente sus dedos pulgares y juguetea con las esposas metálicas.