BERLIN.- El alemán de 48 años acusado de violar  sistemáticamente a tres de sus hijos, dos de ellos adoptivos y una  biológica, y de tener ocho hijos-nietos con la mayor de ellos, reconoció  hoy su paternidad 
de esos, pero negó los cargos de abuso sexual.
Ante  la Audiencia de Coblenza (Alemania), la fiscalía local describió, sin  embargo, un escenario de terror y de abusos sexuales en el seno de la  familia, al comienzo del proceso contra el que los
medios locales califican de "Fritzl alemán", ya que su caso recuerda
al  del austríaco Josef Fritzl, el hombre que durante 24 años tuvo  encerrada a su hija en un su sótano y con la que tuvo siete hijos.
El  procesado, un hombre sin empleo conocido e identificado por la prensa  como Detlef S., está acusado de violar desde 1987 a su hija e hijo  adoptivos y una hija carnal de 18 años, de tener ocho hijos consu  hijastra, de los que viven siete, y de obligar a prostituirse a
las dos chicas.
Vestido  con una chaqueta granate, camisa y corbata, Detlef S. siguió con cara  impasible la lectura del pliego de acusación, que le responsabiliza de  350 casos de abusos sexuales cometidos entre el
otoño de 1987 y el verano de 2010 en el seno de su familia.
El  hombre, que se declara inocente y niega los cargos que se le imputan,  fue detenido el pasado verano, pero su caso ha sido tratado con reserva  por la fiscalía de Coblenza por respeto a las víctimas y sólo se ha  hecho público con motivo del comienzo del juicio.
Durante la  primera jornada declaró ante el tribunal a puerta cerrada la hijastra  del procesado, que, según la acusación, daba palizas sistemáticas a sus  vástagos con un cinturón del Ejército
alemán y un látigo de fabricación casera.
El  caso de abusos sexuales continuados con miembros de su propia familia  se produjo en Fluterschen, un pueblo de 750 habitantes en la región de  Westerwald, en el estado federado occidental de
Renania-Palatinado.
La  fiscalía reveló que la hija adoptiva mayor, de 28 años, con la que tuvo  ocho hijos, fue violada por primera vez a la edad de 13 años, mientras  su hermana de 18 años e hija carnal del acusado
sufrió los primeros abusos sexuales con 12 años.
Las  violaciones salieron a la luz tras llegar a manos de las instituciones  responsables de la protección de menores una carta de despedida de la  hija de 18 años a su madre, en la que anunciaba que
abandonaba el hogar familiar, y que fue entregada por la hijastra de 28 años de edad a las autoridades.
La  familia vivía en una casa unifamiliar de Fluterschen en la que residían  el padre, su esposa de 52 años, tres hijos de ésta de un primer  matrimonio, otros dos hijos comunes y siete hijos de una de
las hijas adoptivas, que perdió a uno de sus bebés poco después de nacer.
Los  siete hijos supervivientes de la relación forzada por el padre con su  hijastra nacieron entre 1999 y 2009, sin que su madre se atreviera, por  miedo a su padrastro, a denunciar los hechos, y
las pruebas de ADN han demostrado, en un 99,9 por ciento de posibilidades, que el acusado es el progenitor de todos ellos.
Pese  a que la gran familia era visitada periódicamente por asistentes  sociales y estos preguntaron reiteradamente por el padre de los siete  pequeños, todos con un gran parecido físico con su
progenitor, la hijastra nunca tuvo valor para denunciarle.
Es  mas, una investigación abierta por las autoridades fue archivada en  2002 por falta de pruebas, ya que los hijos y la madre se negaron a  declarar contra el padre de familia.
martes, 15 de febrero de 2011
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