No se si ustedes no se han puesto analizar el despliegue de vallas publicitarias que están distribuidas a nivel nacional e internacional, donde se anuncia con mucha seguridad el fin del mundo.
Es inmensa la cifra de dinero que se ha invertido para estos fines, donde solo en Estados Unidos el despliegue en los vagones del tren le ha costado alrededor de $90 mil dólares, mientras que los carteles en las marquesinas supera los $50 mil, y en nuestro país ni se diga.
Es asombroso ver como una especie de especuladores aprovechan sus artimañas para implantar el terror, o más bien, una forma de llamar la atención con algo que solo el todo poderoso sabe cuando decide el fin del mundo.
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