Los cinco acusados por la matanza del casino de Monterrey, ante la prensa.

Los detenidos, que aseguran pertenecer al grupo Los Zetas, han confesado que querían dar una lección a los dueños del casino, para que pagaran "derecho de piso"

Apenas ven las cámaras de la prensa, a uno de ellos se le mueve la cara hasta que esboza algo parecido a una sonrisa. Otro parece encontrar el valor para, tras caminar con la mirada baja, levantar por fin la cabeza. Otro más intenta decir algo a su cómplice, pero el policía que lo sujeta del cuello lo impide; el rostro del cuarto criminal parece decir: "yo no estoy aquí, esto no va conmigo". Sólo uno, regordete, parece contrito, asustado. Se trata de la presentación a los medios de comunicación de los acusados de matar a 52 personas. Son los primeros cinco individuos de un total de doce que busca la autoridad como autores del atentado al Casino Royale, el jueves pasado en Monterrey.


El Gobierno de Nuevo León, México, presentó esta mañana a cinco integrantes del grupo criminal de Los Zetas que supuestamente prendieron fuego al local de apuestas donde fallecieron 42 mujeres y diez varones. Detrás de los acusados se observan ocho automóviles, cuatro de los cuales aparecen en el video donde se ve a los criminales llegar al casino para luego prenderle fuego. Y frente a los delincuentes, que portan chalecos con la leyenda de "Detenido", aparecen las armas utilizadas -un rifle AK 47, algunas pistolas, y teléfonos móviles.

Algunos de ellos ya han sido investigados por su implicación en otros delitos. Julio Tadeo Berrones Ramírez fue arrestado por robo en julio de 2010. Berrones y sus compañeros, Luis Carlos Carrasco Espinoza, de 25 años; Javier Alonso Martínez Morales, de 37 años; Jonathan Jahir Reyna Gutiérrez de 18 años, y Juan Ángel Flores Leal, de 20 años, han reconocido haber participado en el ataque al casino.

No han sido golpeados. Fueron detenidos en pocos días. Aseguran pertenecer al grupo de Los Zetas. Han confesado que querían dar una lección a los dueños del casino, para que pagaran "derecho de piso", pero están acusados de matar a 52 inocentes.