Santo Domingo - El presunto capo boricua Miguel Rivera Díaz (“El Bolo”) llevaba una vida modesta en un barrio pobre de Santo Domingo, donde fijó residencia para no llamar la atención ni despertar sospechas de las autoridades y de la gente sobre sus actividades ilícitas, dijo hoy la Policía Nacional.
Incluso, la Policía dijo que de acuerdo a sus vecinos, el puertorriqueño, para desplazarse a ciertos destinos en reiteradas ocasiones abordaba mototaxis, un medio de transporte popular usado en República Dominicana por personas de muy bajos recursos económicos.
Sin embargo, se señaló que en los últimos meses, el boricua distribuyó 2,500 kilos de cocaína, lo que le generó ganancias por más de $40 millones.
Las autoridades dijeron que al menos tienen ubicadas dos fincas propiedad del presunto narcotraficante en la región norte del país y que se investiga si hay más personas que tenían vínculos con Rivera Díaz.
El supuestos sicario y narco estaba casado y tenía dos hijos, pero las autoridades policiales no ofrecieron la identidad de su esposa ni tampoco la de su vástago.
Igualmente, investigan si los hijos nacieron en Puerto Rico o República Dominicana.
La operación “Mangosta Borinquen I” para capturar al prófugo fue puesta en marcha el 1 de septiembre de este año.
Las autoridades establecieron que Rivera Díaz logró registrarse en la Junta Central Electoral (JCE) con el nombre de José Gregorio Matos Reyes, cédula 001-1865855-8.
Asimismo, informaron que con ese documento obtuvo su licencia de conducir y estaba además habilitado para votar en las elecciones presidenciales del 20 de mayo del 2012.
Igualmente, expresaron que este llevaba diez años en el país y en los últimos meses movió 2,500 kilos de cocaína lo que le generaron ganancias por más de 40 millones de dólares.
La Policía reveló que Rivera Díaz se valió de documentos falsos para adquirir una cédula de identidad con el nombre de José Gregorio Matos Reyes, en la que se establecía que había nacido en Santo Domingo el 11 de marzo de 1980 y que era estudiante.
Las autoridades manifestaron que el capo acumuló grandes capitales e hizo inversiones en el país, que serán decomisadas.
En el sector Holguín de Herrera de Santo Domingo, donde vivía “El Bolo” los vecinos dicen que llevaba una vida común igual que casi todos los demás habitantes, pero que jamás le pasó por su mente que ese hombre que se veía “sencillo” podría ser un “peje gordo”, que había acumulado tanto dinero por el tráfico de drogas hacia Puerto Rico y Estados Unidos desde República Dominicana.
martes, 13 de diciembre de 2011
Bolo Diaz narco boricua vivía como pobre aunque ganaba millones al mes
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