Un “cazatesoros” ya sabe la ubicación de donde está el cuerpo, y quiere encontrarlo para hacerle pruebas de ADN porque dice "no confiar en el Gobierno".
Bill Warren llega en un taxi a toda velocidad a un bar de Baku. Este explorador marino y 'cazatesoros' californiano ha quedado allí con tres hombres, un americano, un canadiense y un británico, para que le detallen el equipo ruso que necesitará para encontrar y sacar del fondo del mar de Arabia el cadáver de Osama Bin Laden.
"Ya he localizado dónde lo tiraron. Soy el único que tiene esta información. Está a doscientas millas al Oeste de la ciudad india de Surat", asegura a EL MUNDO.es por teléfono mientras los especialistas esperan en una mesa para discutir su gran proyecto. Ha identificado el lugar por las imágenes de satélite que le ha pasado una fuente del Pentágono y que muestran, supuestamente, cómo los militares arrojaban el cuerpo al mar a las 11 de la mañana, hora local, del 2 de mayo de 2011.
El cadáver está en una bolsa de la Marina de Estados Unidos y, según Warren, apenas se habrá movido. "Está en el fondo de mar y el Ejército le puso pesos", asegura. El explorador quiere encontrar esa bolsa, abrirla y hacerle pruebas de ADN a los restos humanos porque dice "no confiar en el Gobierno" ni en el presidente Obama. Pretende conseguir la prueba de que el terrorista está muerto y que en su lugar no hay otro cadáver, como le ha dicho otra fuente.
Warren, en una imagen de su web.
Warren, en una imagen de su web.
La idea se le ocurrió a los dos días del asesinato de Bin Laden. "Es natural, me dedico a eso", explica el explorador. Desde hace tres décadas, Warren explora el mar en busca de galeones. Ahora mismo tiene expediciones en Florida, California, Oregón, Bahamas, Reino Unido y Mauritania, y está en Azerbaiyán por un contrato con el Gobierno de exploración del mar Caspio para localizar barcos con varios milenios de antigüedad. Uno de sus primeros hallazgos cuando empezaba fue el 'Trinidad', un barco español de 1539 y el primero encontrado en aguas de California.
Financiación
Warren, de 60 años, siempre ha tenido también un interés en la política. En 1998 y en 2002 se presentó como republicano al Congreso de EEUU, pero no pasó de las primarias, y en 2008 lo intentó como candidato independiente a la Casa Blanca.
Ahora lleva tres meses en Baku, donde combina sus dos pasiones, la exploración marina y la canción. En vísperas del festival de Eurovisión, que se celebra este mes allí, recuerda su faceta de cantante. Grabó varios álbumes y ganó premios de música religiosa antes de dedicarse a la búsqueda de barcos antiguos. Descubrió su nueva pasión al leer un libro sobre tesoros marinos con el que se topó en una biblioteca en Anchorage (Alaska) cuando estaba de gira musical por iglesias.
En Azerbaiyán, busca ahora financiación para su proyecto de búsqueda de Bin Laden, que calcula le costará unos 300.000 dólares (más de 200.000 euros). "Hay mucho dinero del petróleo aquí. La gente va en Mercedes y BMW. Baku es una ciudad muy bonita de rascacielos", cuenta. El año pasado, pensaba zarpar en julio, pero no pudo "por falta de interés y falta de financiación". En su web, sólo ha recibido un donativo en todo este tiempo: 15 dólares (poco más de 10 euros) de una chica.
Ya ha encontrado dos grandes barcos, de unos 60 metros, que le pueden servir para la aventura, uno en San Petersburgo y otro de una compañía británica en India, pero su alquiler cuesta unos 7.000 euros al día y aún busca inversores. En Pakistán, el presentador de un programa de televisión le ofreció 20 millones de dólares (15 millones de euros) de recompensa si encontraba el cuerpo de Bin Laden, pero Warren se fía poco de las promesas. "En internet hay muchos juegos", dice.
Su plan ahora es empezar la misión el 1 de junio y cree que puede encontrar el cadáver incluso en una semana si las indicaciones son correctas. Calcula que la expedición puede durar un máximo de tres meses. De momento, sólo le acompaña su hijo Adam, de 30 años y experto en electrónica. También le aconsejan expertos en localización de GPS y ADN.
Durante años ha encontrado gemas, joyas, monedas, tazas de té o cañones, pero nunca ha buscado a tanta profundidad en el mar y menos un cuerpo. Sólo recuerda haber encontrado un cadáver en su carrera, el de un pirata, de hace varios siglos. Pero sus inquietudes son otras.
"El único temor que tengo ahora es que EEUU intente matarme. O hundir nuestro barco. Es un gran riesgo... Esa zona está llena de satélites espía. Y uno no puede esconderse de América", dice.
Fuente: http://www.elmundo.es
jueves, 3 de mayo de 2012
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