El presidente electo del PLD tiene interés de concertar con los blancos, pero se desconoce quién asumirá el liderazgo.
Luego de que el excandidato presidencial del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Hipólito Mejía, se autoproclamara líder de la oposición, el presidente electo Danilo Medina parece estar compelido a reorientar sus planes y estrategias para consensuar con esa organización aspectos fundamentales de su programa de gobierno.Hipólito Mejía reconoció a regañadientes, ante una masa de perredeístas reunidos en el hotel Jaragua de la capital, el triunfo en primera vuelta de su adversario peledeísta.
Finalmente, Mejía desoyó las voces que agitaban movilizaciones contra la victoria electoral de Danilo Medina. Pero su contundente alocución, la noche del 22 de mayo, dejó ver cuán inconforme quedó con los resultados de unas elecciones que asegura les fueron arrebatadas por las fuerzas del poder.
Al anunciar que desde ese momento sería el líder de la oposición, Hipólito enfiló igualmente sus cañones hacia el presidente del PRD, Miguel Vargas Maldonado, el dirigente que desde que fue derrotado en la convención interna de ese partido trazó la línea de Pizarro y se apartó de la candidatura opositora para aparecer solo el día de las votaciones.
Desde mayo del 2009 hasta febrero del 2012, cuando firmaron tres pactos coyunturales, para Miguel fue más fácil negociar con Leonel Fernández que reconciliarse con su compañero de partido.
Esta actitud le costó a Miguel el mote de traicionero que adquirió fuerzas en las pasadas elecciones, a partir del momento en que en un primer boletín la Junta Central Electoral (JCE) dio puntero a Danilo Medina.
En el PRD, el ambiente luce engorroso. Unos exigen la expulsión sumaria de Miguel, quien termina su mandato en julio del 2013, y sus parciales reclaman respeto a la institucionalidad partidaria.
De aceptar la invitación de Danilo, para iniciar una etapa de diálogo que ayude a la gobernabilidad democrática, resta saber si el interlocutor del partido blanco ante el gobierno morado seguirá siendo Miguel, quien ha sabido entenderse a la perfección con el gobernante Partido de la Liberación Dominicana (PLD), o su rival interno Hipólito Mejía, el excandidato resentido que calmó los ánimos de sus seguidores prometiéndoles una oposición firme y valiente.
“Hoy día, hay una nueva configuración política dentro del PRD, donde Hipólito Mejía es el líder que controla el 99 por ciento de esa organización”, apunta el politólogo Pedro Catrain.
Interpreta que la idea de Danilo sugerir un acercamiento con esta agrupación, tiene que ver con la necesidad de cristalizar un pacto para solucionar asuntos puntuales de interés nacional, como la consecución de un 4% del producto interno bruto (PIB) para la educación y mejorar los niveles de seguridad ciudadana.
“Yo creo que lo lógico es esperar los acontecimientos en el PRD y cómo se desenvuelven, y negociar con quien sea que ostente la representación legítima y aceptada por la mayoría”, reflexiona el sociólogo Ramón Tejada Holguín.
La opinión de Javier Cabreja, director ejecutivo del movimiento no partidista Participación Ciudadana, coincide con lo dicho por Tejada Holguín. Javier entiende que antes de insertarse en las funciones propias que como agrupación política le corresponden, el PRD debe primero resolver sus problemas.
“La sociedad dominicana espera que el PRD juegue un rol en todo este proceso de reformas y de cambio que tienen que llevarse a cabo, para sortear los principales males que tiene el país”, apunta Cabreja.
Pactos Miguel-Leonel
Leonel siempre logró conquistar a Miguel Vargas para resolver situaciones que en su momento afectaron intereses de su gobierno o políticos-partidarios.
Incluso, su primer pacto, denominado de “las corbatas azules”, se produjo el 19 de mayo del 2009, cuando el presidente del PRD era Ramón Alburquerque. En esa ocasión, el acuerdo entre ambos ayudó a constituir la mayoría necesaria en la Asamblea Revisora para aprobar el proyecto de Constitución enviado por el presidente Fernández al Congreso Nacional.
Leonel consiguió la aprobación de varios puntos consignados en su proyecto de reforma constitucional, dado que la matrícula de legisladores morados era insuficiente para sancionarlos.
Miguel y Leonel acordaron modificar el régimen para obtener la nacionalidad dominicana, eliminar la reelección consecutiva, congelar el número de diputados, contemplar la elección de los diputados nacionales y del exterior, unificar las elecciones para que los legisladores escogidos en las elecciones del 2010 permanezcan hasta el 2016 y consagrar la reforma institucional de la Policía y las Fuerzas Armadas.
Miguel fue juramentado como presidente del partido el 18 de julio del 2009. Con este nuevo estatus, asumió un segundo acuerdo con Fernández, el 30 de mayo del 2011. Esta vez, para agilizar la aprobación de las leyes orgánicas del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) y del Tribunal Constitucional.
El tercer acuerdo importante entre Leonel y Miguel acontece el 6 de febrero del 2012. Gracias a un entendimiento entre ambos, se puso fin al conflicto surgido en el centro de cómputos de la JCE.
Acordaron solicitar la creación de una gerencia de informática colegiada integrada por cuatro especialistas con independencia de las fuerzas políticas.
Gracias a este arreglo, Franklin Frías permaneció en la nueva gerencia, acompañado por un especialista sugerido por el PLD, otro por el PRD y un cuarto por la Iglesia católica.
Hipólito habla de diálogo; Miguel calla
A partir del 16 de agosto de este año, será Danilo Medina, no el presidente Fernández, quien deberá propiciar acercamientos con los partidos políticos y las fuerzas vivas de la nación, en busca de apoyo para materializar un proyecto de gobierno que prometió será socialmente incluyente. Y en lo que el hacha va y viene, Hipólito dijo que está dispuesto a dialogar con el nuevo gobierno que encabece Danilo, pero con la condición de que no participen funcionarios de la presente administración que hayan sido mencionados en actos de corrupción.
“Siempre hay que oír, hay que estar conscientes de que hay que producir un diálogo, una persona que pasó por la Presidencia no puede ser una persona que esté improvisando y tomando actitudes beligerantes”, dijo Hipólito a una estación de radio, en su primera declaración pública después de su breve discurso del 2 de mayo. Sin embargo, Miguel Vargas sigue siendo el presidente del PRD.
Analistas
Pedro Catrain
Politólogo
“El líder de la oposición indiscutible, es el ex presidente Hipólito Mejía. Miguel Vargas es un cadáver político. Miguel Vargas no tiene ninguna posibilidad ni dentro ni fuera del PRD. Miguel se ha dedicado a salvaguardar sus propios intereses, y no los del PRD ni mucho menos los de la sociedad dominicana”.
Ramón Tejada Holguín
Sociólogo
Yo creo que se está en un compás de espera. Danilo tiene todavía que establecer con claridad con quiénes va a gobernar. De aquí a agosto, el panorama puede ser muy distinto al que ahora aparece. Todo va a depender de una serie de factores. Entonces, será en ese momento en que se harán los pactos y acuerdos”.
Javier Cabreja
Participación Ciudadana
“Cualquier diálogo que se dé tiene que ser a partir de las autoridades de una organización como el PRD. Pero lo mejor es que este diálogo se pueda dar con un partido que esté totalmente unificado. Si no está unificado, difícilmente pueda ser un actor fundamental en este proceso.
miércoles, 30 de mayo de 2012
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