En la segunda semifinal de la prueba de espada femenina de los Juegos de Londres, la surcoreana Shin A Lam se negaba a admitir la victoria de la alemana Britta Heidemann
Crédito foto: Reuters
Una polémica con el cronometraje oficial marcó, este lunes, el final de la segunda semifinal de la prueba de espada femenina de los Juegos de Londres, en la victoria de la alemana Britta Heidemann ante la surcoreana Shin A Lam, que se negó durante una hora a abandonar la pista. Lloró desconsolada, con gestos de desesperación, mientras su entrenador presentaba una reclamación.
Finalmente, recibió la visita de los jueces, que le comunicaron que su derrota estaba confirmada, y la convencieron para que depusiera su actitud y pudiera proseguir la competición con la lucha por el bronce. Sin embargo, ella continuó negándose a abandonar la pista, aunque sí lo hizo después de que un segundo responsable fuera a hablar con ella. El público, eso sí, la despidió con grandes aplausos.
El cronometraje era el motivo de la discordia y la asiática se plantó en el lugar, mientras los responsables de su equipo intentaban que la Federación Internacional diera marcha atrás, algo que finalmente no ocurrió.
Postrada, llorando y sentada en el suelo, la surcoreana no aceptó la decisión del comité técnico, que contó como válido el último toque conseguido por Heidemann, que fue declarada vencedora por 6 a 5 tras una prolongación.
La surcoreana y su entrenador consideraron que la alemana había utilizado más del segundo que quedaba oficialmente en el reloj para marcar su punto. La surcoreana hubiera ganado el encuentro si hubiera terminado en empate, ya que poseía la prioridad.
Más tarde, volvió a la pista para luchar por el bronce, pero perdió ante la china Sun Hujie y quedó finalmente cuarta, rozando las medallas. La surcoreana salió enrabietada a este asalto y llegó a dominar por 3-7, pero acabó perdiendo por 11-15.
El hecho de que la esgrimista surcoreana continuara una hora en la pista, sentada sola en el centro, retrasó los horarios del programa. La megafonía del pabellón ExCel, donde tienen lugar las competiciones olímpicas de esgrima, mantuvieron informados regularmente a los espectadores de los retrasos, mientras el público se dividió entre aplausos y abucheos, pero con más apoyos para la surcoreana en su protesta.
Jae Sung Shim, entrenador del equipo surcoreano, comentó: "Todos los árbitros dijeron que entendían nuestra posición". E insistió en que el tocado definitivo llegó fuera de tiempo.
Fuente: Infobae.com
0 comentarios:
Publicar un comentario