CIUDAD DEL VATICANO (AP) _ Benedicto XVI ha dicho que él se ve como
un Papa renuente, un tímido ratón de biblioteca que prefiere dar paseos
solitarios en los Alpes que los reflectores y la
majestad de la pompa
vaticana. El Vaticano anunció el lunes que el líder de mil millones de
católicos en todo el mundo ha decidido abdicar: el primer pontífice en
hacerlo desde 1415.
El teólogo alemán, cuya misión era reavivar el cristianismo en una
Europa secularizada, se topó en cambio con la tarea monumental de purgar
la Iglesia de un escándalo de abusos sexuales que creció durante el
papado de Juan Pablo II y que le estalló en las manos, siendo la crisis
más grande de la Iglesia en las últimas décadas, si no siglos.
Más recientemente, Benedicto XVI cargó con el peso doloroso de la
traición de uno de sus colaboradores más cercanos: su propio mayordomo,
quien fue hallado culpable por un tribunal del Vaticano de robar
documentos personales del pontífice para dárselos a un periodista, una
de las filtraciones de seguridad papal más graves de los tiempos
modernos.
Al mismo tiempo, Benedicto XVI prosiguió su visión inquebrantable de
reavivar la fe católica en un mundo que, como él se lamentaba con
frecuencia, parecía creer que puede prescindir de Dios.
En numerosas partes del mundo de hoy, hay un extraño olvido de
Dios'', dijo a un millón de jóvenes reunidos en un campo enorme de
Colonia, Alemania, en 2005, durante su primer viaje al extranjero como
Papa.
Con algunas medidas decisivas y a menudo controvertidas, Benedicto
XVI trató de recordarle a Europa de su herencia cristiana y de colocar a
la Iglesia Católica en un camino tradicional, que a menudo alejó a los
progresistas y emocionó a los conservadores.
Sin embargo, su papado estará vinculado para siempre a los escándalos de abusos sexuales.
Durante el curso de unos pocos meses en 2010, miles de personas en
Europa, Australia, Latinoamérica y otros lugares denunciaron que
sacerdotes los habían violado y agredido sexualmente cuando eran
menores, y que los obispos habían ocultado esos delitos.
Varios documentos revelaron que el Vaticano estaba al tanto de los
problemas pero durante décadas se hizo de la vista gorda, e incluso en
algunos casos rechazó a obispos que trataron de hacer lo correcto.
Benedicto tuvo conocimiento de primera mano sobre el alcance del
problema en su antiguo despacho, la Congregación de la Doctrina de la
Fe, que dirigió desde 1982, y era responsable de hacer frente a los
casos de abuso.
Benedicto se reunió con víctimas de todo el planeta, lloró y oró con
ellas. Prometió que la Iglesia tenía que ``hacer todo lo posible'' para
asegurar que esos crímenes no volvieran a ocurrir jamás. El Vaticano
actualizó su código jurídico para extender la prescripción de los
delitos e informó a las conferencias de obispos de todo el mundo que
implementaran directrices para prevenir el abuso.
Pero Benedicto nunca admitió ninguna falla personal o que el Vaticano
hubiese hecho algo indebido. Para descontento de las víctimas, nunca
tomó medidas contra los obispos que ignoraron u ocultaron el abuso de
los obispos o trasladaron a pedófilos conocidos a otros cargos, donde
abusaron de menores nuevamente.
A pesar del empeño que puso en tratar de sanar las heridas de la
Iglesia, el mensaje de Benedicto siempre quedó bajo la sombra de su frío
estilo personal. Benedicto, que no fue el Papa popular que recorrió el
mundo ni la estrella de los medios de comunicación como Juan Pablo II,
fue un maestro y académico hasta los tuétanos: de poco hablar y
pensativo, y con una mente inquisitiva. Hablaba en párrafos, no frases.
En años recientes, su mala salud lo hizo parecer cada vez más frágil y
alejado en público. Y era notoriamente conocido por equivocarse.
Algunas de las iniciativas duraderas de Benedicto como papa _las
acciones por las que será recordado_ se concentraron en restaurar la
práctica tradicional del catolicismo en el siglo XXI. Fue un intento por
corregir lo que consideraba una interpretación errónea del Segundo
Concilio Vaticano, las reuniones celebradas entre 1962 y 1965 que
llevaron a la Iglesia Católica al mundo moderno.
Su visión conservadora es un camino que su sucesor probablemente
continuará dado que la mayoría del Colegio Cardenalicio _los príncipes
de la Iglesia que elegirán al próximo Papa_ fueron escogidos
personalmente por Benedicto para garantizar su legado y asegurar un
futuro ortodoxo para la Iglesia.
Benedicto hizo menos estrictas las normas sobre la celebración de la
misa en latín, que databa de antes del Segundo Concilio. Se acercó a un
grupo de católicos tradicionalistas y cismáticos en un intento por
atraerlos de nuevo a Roma. E hizo una invitación sin precedentes a
anglicanos tradicionalistas molestos por la elección de mujeres y
homosexuales como sacerdotes a que se unieran a la Iglesia Católica.
Con esto alienó a muchos católicos progresistas que temían que
estaba tratando de echar atrás lo logrado en el Segundo Concilio.
También molestó a algunos judíos que comparaban a la Iglesia antes del
Segundo Concilio con el momento en que se consideró que los judíos
estaban listos para la conversión y se los responsabilizó colectivamente
por la muerte de Cristo.
Pero al igual que Juan Pablo II, Benedicto hizo del acercamiento a
los judíos una de las claves de su papado. Su primer acto oficial como
Papa fue enviar una carta a la comunidad judía de Roma y ser el segundo
Papa en la historia, después de Juan Pablo II, en entrar a una
sinagoga.
Y en su libro ``Jesús de Nazaret'', publicado en 2011, Benedicto
exoneró al pueblo judío por la muerte de Cristo, explicando que desde el
punto de vista bíblico y teológico, no había bases en las Escrituras
que apoyaran el argumento de que el pueblo judío como un todo era el
responsable de la muerte de Jesús.
``Está muy claro que Benedicto es un verdadero amigo del pueblo
judío'', dijo el rabino David Rosen, quien dirige la oficina de
relaciones interreligiosas del Comité Judío de Estados Unidos.
Durante su visita a Polonia, Benedicto oró en el campo de
concentración Auschwitz-Birkenau, una visita llena de significado para
un papa alemán en suelo polaco.
``En un lugar como éste faltan las palabras, sólo puede haber un
silencio pavoroso, un silencio que es un grito sincero a Dios: ¿Por qué,
Señor, te quedaste en silencio?'', preguntó.
Sin embargo, su visita a Israel en 2009 sólo generó una respuesta
tibia de las autoridades del memorial nacional Yad Vasehm al Holocausto
en Jerusalén, quienes consideraron que el discurso del Papa no fue lo
suficientemente enérgico. Su exhortación a la creación de un Estado
palestino también aguó la visita.
A los judíos les molestó mucho la constante promoción de Benedicto
a favor de santificar al papa Pío XII, el pontífice de la Segunda
Guerra Mundial acusado por algunos de no haber denunciado el Holocausto
con fuerza suficiente. Y criticaron a Benedicto cuando canceló la
excomunión de un obispo británico tradicionalista que había negado el
Holocausto.
Las relaciones de Benedicto con el mundo musulmán también tuvieron reacciones encontradas.
Benedicto criticó duramente al mundo musulmán en un discurso en
Ratisbona, Alemania, en septiembre de 2006, cinco años después de los
atentados terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos, en que
citó a un emperador bizantino que caracterizó algunas de las enseñanzas
del profeta Mahoma de ``malignas e inhumanas'', particularmente ``su
orden de diseminar (esa fe) con la espada''.
Buena parte del descontento que siguió a los pasos en falso de
Benedicto en materia de relaciones con otras religiones se debió a
problemas de comunicación en la Santa Sede: bajo Benedicto, el Vaticano
sufrió de notorios errores de relaciones públicas y constantemente se
demoró en reaccionar a noticias y entonces respondía con mensajes poco
claros que exigían dos o tres aclaraciones antes de expresar lo
correcto.
Y algunas veces el propio Benedicto tuvo la culpa.
En 2009 enfureció a las Naciones Unidas y a varios gobiernos
europeos cuando, en ruta hacia Africa, declaró a los reporteros que el
problema del sida no podía solucionarse distribuyendo preservativos.
``Al contrario, eso empeora el problema'', dijo en ese momento.
Un año después, emitió una revisión que pareció aplacar a los
liberales al tiempo que mantenía las enseñanzas de la Iglesia contra la
contracepción: en una larga entrevista dijo que si un prostituto usaba
el preservativo para no contagiar el virus del sida a su pareja, podría
estar dando el primer paso hacia una sexualidad más responsable.
Fue un cambio significativo dada la reiterada postura del Vaticano
de que la abstinencia y la fidelidad matrimonial eran las únicas formas
seguras de controlar el virus. Benedicto repitió ese planteamiento e
hizo hincapié en que las relaciones sexuales fuera del matrimonio eran
inmorales, pero sus comentarios marcaron la primera vez que un papa
reconocía que los preservativos eran útiles para controlar el VIH.
Cuando fue elegido como líder 265 de la Iglesia el 19 de abril de
2005, Benedicto, que entonces tenía 78 años, era el papa más viejo
elegido en 275 años y el primer alemán en casi mil años.
Como mano derecha de Juan Pablo II, Benedicto era favorito al
comienzo de la votación y fue escogido en el cónclave más rápido en un
siglo: apenas 24 horas después de comenzar la votación comenzó a salir
humo blanco de la Capilla Sixtina a las 5:50 p.m. para anunciar
``!Habemus Papam!''
Aunque claramente tenía la intención de mantener el legado de Juan
Pablo II, Benedicto no trató de emular la popularidad de su predecesor.
Sus viajes al extranjero fueron cortos y centrados. Sus misas eran
solemnes, sus homilías densas y de estilo profesoral.
Y no tuvo miedo de impugnar el legado de Juan Pablo II cuando creyó que su predecesor había errado.
En un ejemplo significativo, tomó prácticamente el control de los
Legionarios de Cristo, una orden conservadora considerada un modelo de
ortodoxia por Juan Pablo II, después que se reveló que su fundador, el
reverendo Marcial Maciel, había abusado sexualmente de seminaristas y
había tenido por lo menos tres hijos.
Bajo Juan Pablo II, quien fue un defensor a ultranza de Maciel, la
investigación del Vaticano al sacerdote mexicano había languidecido.
Pero un año después de que Benedicto fue elegido papa, Maciel fue
sentenciado a una vida de penitencia y oración, y en 2010 la orden fue
intervenida por el Vaticano debido a numerosos problemas espirituales,
financieros y de otra índole.
Benedicto escribió tres encíclicas: ``Dios es amor'' en 2006,
``Salvado por la esperanza'' en 2007 y ``Caridad en la verdad'' en 2009.
Esta última fue quizás la más conocida porque exhortaba a crear un
nuevo orden financiero guiado por la ética, y se publicó a raíz del
desastre financiero mundial.
Sin embargo, para algunos la exhortación de Benedicto pareció
hipócrita cuando un año después los dos principales funcionarios
financieros de la Santa Sede fueron objeto de una investigación por
lavado de dinero que resultó en la confiscación de millones de euros de
un banco del Vaticano. El dinero fue devuelto más tarde después de que
Benedicto, el principal legislador del Vaticano, enmendó el código
jurídico para cumplir normas internacionales contra el lavado de dinero y
la financiación de actividades terroristas.
Las finanzas del Vaticano también fueron objeto de escrutinio
cuando el mayordomo del Papa, Paolo Gabriele, fue arrestado en mayo de
2012 y acusado de robar correspondencia personal del Pontífice y de
pasar los documentos a un periodista. Gabriele declaró a los
investigadores del Vaticano que lo hizo porque pensaba que el Papa no
estaba informado de ``el mal y la corrupción'' en la Santa Sede y creía
que sacar eso a relucir colocaría a la Iglesia en el camino correcto. Al
final Gabriele fue sentenciado a 18 meses de prisión, aunque Benedicto
lo perdonó después.
Tan pronto como fue elegido, Benedicto tomó medidas decisivas en
unos pocos frentes: dejó en claro desde el principio que quería
reestablecer relaciones diplomáticas con China, que se interrumpieron en
1951. Escribió una carta histórica a los 12 millones de chinos
católicos en 2007, exhortándolos a acogerse a la Santa Sede. Pero las
tensiones con la iglesia respaldada por el gobierno se mantuvieron con
varias ordenaciones ilegales de obispos chinos sin consentimiento del
Papa.
En su primer año, Benedicto también aprobó un documento largamente
esperado que prohibió a la mayoría de los homosexuales del sacerdocio
en una medida que molestó a muchos católicos en Estados Unidos. Pero en
un documento bien recibido por católicos liberales, también abolió en
esencia el ``limbo'', expresando que había esperanza de que los niños
que fallecieran su bautizar irían al cielo.
Y en una de sus medidas más populares, beatificó en tiempo récord a
su predecesor, lo que atrajo a 1,5 millones de personas a Roma en 2011
para presenciar el acercamiento de Juan Pablo II a la santidad.
Benedicto prefería las misas en latín y las prendas de vestir de
seda brocada de sus predecesores. Su gusto por los cánticos georgianos y
Mozart _fue un consumado pianista clásico_llegó a las misas papales y
conciertos en su honor, que fueron algunas de las pocas veces que al
Papa, adicto al trabajo, se le vio pasarla bien.
Benedicto tenía debilidad por la soda Fanta de naranja y por su
adorada biblioteca; cuando lo eligieron Papa hizo que mudaran todo su
estudio de su apartamento en las afueras de las murallas del Vaticano al
Palacio Apostólico.
``Ahí están todos mis asesores'', dijo de sus libros en una larga
entrevista en 2010, ``Luz del mundo''. `'Conozco todos los recovecos y
todo tiene su historia''.
Años después de marcharse, algunos colegas de sus días en las
Congregación de la Doctrina de la Fe hablaron con tristeza, incluso
nostalgia, de cuando dirigía la doctrina y la disciplina de la Iglesia y
presidió la creación del monumental ``Catecismo de la Iglesia
Católica'', una síntesis de enseñanzas católicas clave.
Sus presentaciones en las reuniones mensuales del departamento
eran ``magistrales'', dijeron, dignas de las enseñanzas permanentes de
la Iglesia. Agregaron que Benedicto creó una ``familia'' dentro de los
sagrados corredores amarillos del Palacio del Santo Oficio, otrora
conocido como la Inquisición.
Su familia verdadera estaba formada por su hermano Georg, también
sacerdote, quien visitaba con frecuencia la residencia veraniega en
Castel Gandolfo. Su hermana había fallecido años antes.
Su ``familia papal'' estaba formada por monseñor Georg Gaenswein,
su secretario privado de mucho tiempo, que siempre estaba a su lado,
otro secretario y cuatro mujeres consagradas que atendían el apartamento
papal.
Ellos compartían comidas, celebraban juntos la misa a diario y al
final de día veían algún DVD, especialmente el programa favorito de
Benedicto ``Don Camillo y Peppone'', una comedia en blanco y negro de
los años 50 sobre el pastor de un pequeño pueblo italiano y su alcalde
comunista.
Benedicto nació el 16 de abril de 1927 en Marktl Am Inn, Baviera,
pero su padre, que era policía, se mudaba con frecuencia y la familia
abandonó el lugar cuando él tenía 2 años.
En sus memorias, Benedicto tocó lo que podría haber sido una
fuente de controversia de haberse mantenido en secreto: que perteneció
al movimiento juvenil nazi contra su voluntad cuando tenía 14 años, en
1941, cuando era obligatorio pertenecer al grupo. Dijo que pronto lo
dejaron abandonar el grupo debido a sus estudios religiosos. Dos años
más tarde lo reclutaron como ayudante para una unidad antiaérea nazi.
Desertó del ejército alemán en abril de 1945, durante los días finales
de la guerra.
Benedicto calificó de profético que un alemán sucediera a un Papa
polaco, y que ambos hombres procedían de bandos diferentes durante la
Segunda Guerra Mundial.
Benedicto fue ordenado, conjuntamente con su hermano, en 1951.
Después de varios años de enseñar Teología en Alemania, fue nombrado
obispo de Múnich en 1977 y elevado a cardenal tres meses después por el
papa Pablo VI.
Juan Pablo II lo nombró líder de la Congregación de la Doctrina de
la Fe en 1981 y ocupó el cargo un año después. Después del
fallecimiento de Juan Pablo II en 2005, fue elegido Papa por el cónclave
de cardenales.
Si había alguna duda sobre la prioridad de Benedicto de fortalecer
el cristianismo en Europa, el nombre que escogió como Papa fue una
clara señal.
Benedicto les dijo a los cardenales poco después de ser elegido
que iba a ser un Papa de paz, como el papa Benedicto XV, quien reinó
durante la Primera Guerra Mundial. Pero el primer Benedicto _San Benito
de Nursia_también fue una inspiración.
Este monje de los siglos V y VI es un santo patrón de Europa e
inspiró la creación de la Orden de los benedictinos, principal guardián
del aprendizaje y la literatura en Europa Occidental durante los oscuros
siglos que siguieron a la caída del Imperio Romano.
martes, 12 de febrero de 2013
Papado de Benedicto XVI está empañado por escándalo
Publicado por
Desdeelvip
en
9:30:00
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