Tomó más tiempo de lo normal. Exactamente, diez meses y 19 días,
pero finalmente Hipólito Mejía ha reconocido de manera formal a Danilo
Medina como el presidente de la República, al visitarlo ayer en el
Palacio Nacional.Mientras hablaba en rueda de prensa, al término del encuentro, un periodista le preguntó al expresidente si su visita implica que finalmente reconoce el triunfo de Medina en las elecciones del 20 de mayo pasado, y este respondió que “implícitamente” ya lo ha hecho.
Dos días después de las votaciones, el candidato derrotado fijó posición sobre el proceso, señalando que los resultados que le daban el triunfo al PLD por unos cuatro puntos sobre el PRD, eran producto de un fraude electoral.
“Quiero decir con toda claridad y firmeza que los resultados ofrecidos al país por la Junta Central Electoral son producto de la manipulación y el abuso de poder y no la expresión libérrima del pueblo, lo que es inaceptable para un demócrata como yo”, dijo Mejía en ese discurso, pronunciado en un momento en el que la tensión y la incertidumbre se apoderaban del ambiente.
El excandidato presidencial del PRD, ahora expulsado de la organización, ha mantenido ese discurso e incluso ha llevado sus denuncias a organismos internacionales, aunque progresivamente ha flexibilidado su discurso frente al hoy Presidente de la República, a quien ha definido como su amigo personal.
Poco más de un mes antes de la toma de posesión de Medina, dijo que restablecería su amistad con el entonces Presidente electo. “No haré nada que perjudique a Danilo, yo soy amigo de Danilo, y cualquier cosa que pueda hacer por él lo voy a hacer”, expresó.
En esas mismas declaraciones, Mejía dijo que estaba dispuesto a conversar con Medina, pero “no en Palacio”. Precisamente ese fue el lugar al que acudió ayer, junto a tres familiares y cinco dirigentes del PRD, algunos de ellos suspendidos en sus cargos. La reunión fue solicitada por el propio Hipólito, según trascendió.
Segundo encuentro público
Pero este no fue el primer contacto, ya que ambos habían conversado el pasado día 4 de marzo en la Funeraria Blandino, al coincidir en el velatorio del exdiputado reformista Wenceslao Paniagua.
En aquel momento, por lo prolongada de la conversación, las especulaciones llovieron.
Muchos tienen la percepción de que el conflicto interno del partido blanco fue tocado en aquel encuentro “fortuito”, y en el que se produjo ayer en la Casa de Gobierno.
Duro con Fernández y suave con Medina
Mejía, aunque se proclamó a sí mismo como “líder de la oposición”, ha mantenido una actitud solidaria y comprensiva, no tanto frente al Gobierno, sino, muy especialmente hacia el presidente Medina.
Antes de que Medina asumiera, el exmandatario declaró varias veces, casi con pena, que el Presidente electo no sabía lo que le esperaba. Casi todos los misiles los utiliza contra el expresidente Leonel Fernández.
Palacio Nacional.Mientras hablaba en rueda de prensa, al término del encuentro, un periodista le preguntó al expresidente si su visita implica que finalmente reconoce el triunfo de Medina en las elecciones del 20 de mayo pasado, y este respondió que “implícitamente” ya lo ha hecho.
Dos días después de las votaciones, el candidato derrotado fijó posición sobre el proceso, señalando que los resultados que le daban el triunfo al PLD por unos cuatro puntos sobre el PRD, eran producto de un fraude electoral.
“Quiero decir con toda claridad y firmeza que los resultados ofrecidos al país por la Junta Central Electoral son producto de la manipulación y el abuso de poder y no la expresión libérrima del pueblo, lo que es inaceptable para un demócrata como yo”, dijo Mejía en ese discurso, pronunciado en un momento en el que la tensión y la incertidumbre se apoderaban del ambiente.
El excandidato presidencial del PRD, ahora expulsado de la organización, ha mantenido ese discurso e incluso ha llevado sus denuncias a organismos internacionales, aunque progresivamente ha flexibilidado su discurso frente al hoy Presidente de la República, a quien ha definido como su amigo personal.
Poco más de un mes antes de la toma de posesión de Medina, dijo que restablecería su amistad con el entonces Presidente electo. “No haré nada que perjudique a Danilo, yo soy amigo de Danilo, y cualquier cosa que pueda hacer por él lo voy a hacer”, expresó.
En esas mismas declaraciones, Mejía dijo que estaba dispuesto a conversar con Medina, pero “no en Palacio”. Precisamente ese fue el lugar al que acudió ayer, junto a tres familiares y cinco dirigentes del PRD, algunos de ellos suspendidos en sus cargos. La reunión fue solicitada por el propio Hipólito, según trascendió.
Segundo encuentro público
Pero este no fue el primer contacto, ya que ambos habían conversado el pasado día 4 de marzo en la Funeraria Blandino, al coincidir en el velatorio del exdiputado reformista Wenceslao Paniagua.
En aquel momento, por lo prolongada de la conversación, las especulaciones llovieron.
Muchos tienen la percepción de que el conflicto interno del partido blanco fue tocado en aquel encuentro “fortuito”, y en el que se produjo ayer en la Casa de Gobierno.
Duro con Fernández y suave con Medina
Mejía, aunque se proclamó a sí mismo como “líder de la oposición”, ha mantenido una actitud solidaria y comprensiva, no tanto frente al Gobierno, sino, muy especialmente hacia el presidente Medina.
Antes de que Medina asumiera, el exmandatario declaró varias veces, casi con pena, que el Presidente electo no sabía lo que le esperaba. Casi todos los misiles los utiliza contra el expresidente Leonel Fernández.
Fuente: El Caribe
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