Para 1995, Carole Horlock (hoy de 46 años) sentía que quería hacer algo más trascendental que su trabajo diario en una lavandería. Y, apenas leyó acerca de las “madres sustitutas”, sintió que esa podía ser la vía de escape con la que podría sentirse realizada, entregando felicidad a padres que no podían tener hijos.
Ya había tenido a sus dos hijas, Steffanie y Megan (de 22 y 19 años actualmente), y dado su gusto por el estado del embarazo, creyó que no le sería difícil someterse nuevamente a los nueve meses de espera y el trabajo de parto. Dicho y hecho, en abril pasado, esta mujer inglesa dio a luz al 13°niño, reviviendo la misma satisfacción que con el primero.
La madre sustituta más prolífica del mundo, según la prensa de Inglaterra, ha ayudado a trece parejas que por distintos motivos no han podido ser padres, a cumplir su sueño, en nueve ocasiones, utilizando óvulos propios y en otras cuatro, donados. Y, dado que en su país, el cobro de esta práctica es ilegal, solo recibe el dinero de los costos médicos del embarazo.
Tal como comentó a los diarios de su país, jamás ha pensado hacer esto por dinero: “Lo hago para ayudar a parejas normales, y me pagan lo que pueden pagar”.
En parte por su edad y por las dificultades que pasó con la última guagua –a quien llamó “Little man”-anunció a los medios de su país que jubilará, llevándose consigo los mejores recuerdos de felicidad de las personas que ayudó.
“Vi a sus padres sostenerlo por primera vez y vi la alegría pura en sus rostros por este precioso regalo que les di”, dijo la mujer sobre su anunciado último parto. “Nada en el mundo me da más placer”.
“Me encanta dar a luz, pero nada me había preparado para lo difícil que sería esta vez. Ha sido el trabajo de parto más duro que he tenido, pese a haber tenido trillizos antes”, agregó. En efecto, en su larga lista de ayuda, se encuentra un embarazo de gemelos y hasta trillizos. Sin embargo, esta vez sufrió 18 horas de trabajo de parto, acompañadas de otros malestares que le hicieron decidir que había llegado la hora de dejar a su cuerpo descansar.
“El alivio que sentí cuando finalmente di a luz fue indescriptible (…) Lo alimenté durante la primera hora, para darle el mejor comienzo posible de su vida, antes de que fuera devuelto a los brazos de su madre. Ella no podía dejar de llorar. Había sido un momento muy tenso, porque fue un trabajo de parto muy difícil. Y sus lágrimas eran una mezcla de alivio y alegría. Definitivamente este es mi último (bebé). No puedo someterme a una prueba así de nuevo”, confesó.
Carole explicó que a los padres de los hijos que ha dado a luz solo les pide que ojalá, le escriban una vez al año y le manden una foto de los niños, para así saber cómo han ido creciendo. Sin embargo, aclaró que algunas parejas prefieren perder el contacto, decisión que ella asume y respeta. “La mayoría de las personas creen que una está loca, pero el paso de la guagua desde dentro tuyo es increíble. Para mí, pujar y todo el momento del nacimiento es emocionante (…) Siempre me ha gustado el acto físico de dar a luz (…) No puedo imaginarme lo devastador que puede ser no poder tener hijos”.
A aquellos que se preguntan cómo una mujer puede entregar a una criatura que tuvo por nueve meses creciendo en su interior, Carole señaló que no los ve como hijos propios. “El amor incondicional que siento por mis dos hijas es incomparable, pero ese vínculo se estableció tan pronto como comencé a darles pecho y cuidarlas, no mientras estaba embarazada”, explicó.
La dinastía continúa
Luego de prácticamente crecer viendo a su madre embarazada, y conocer en persona la felicidad que ella le provocaba a distintas parejas, Megan, la menor de sus hijas decidió seguir los pasos de Carole.
Entrevistada por The Mirror, a comienzos de este año, y sabiendo de la inminente jubilación de su mamá, la joven aseguró que se estaba preparando para comenzar a ser madre sustituta. “Lo he pensado mucho (…) Ella es una inspiración para mí. Lo que mi madre hace por las personas es un regalo increíble (…) algo que el dinero no puede comprar”, comentó la joven.
Sin embargo, en su caso, explicó que solo será madre sustituta con óvulos de otra mujer, y no con los suyos. “No podría dar un bebé que biológicamente es mío, ni siquiera por ayudar a alguien”.
“No juzgo a mi madre por haberlo hecho, pero encuentro que es muy fuerte entregar a tu propio hijo”. Agregó, señalando que cuando le preguntan que cuántos hermanos tiene, siempre dice que, “técnicamente”, solo es una, pero que siempre ha considerado que son trece.
“Mi mamá nos explicó desde un principio que ella estaba ayudando a las personas a tener una familia, así que siempre lo aceptamos, incluso cuando alguien podría encontrarlo poco ortodoxo. Nos explicó en términos simples por qué estas mujeres no podían tener hijos, así que comprendimos que ella estaba haciendo algo maravilloso”.
Fuente: Primera Hora / Emol
martes, 14 de mayo de 2013
Madre que regaló sus 13 bebes se jubila de ducha practica
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