SANTIAGO. La construcción de la avenida
Circunvalación Norte en esta provincia ha motivado a inversionistas
inmobiliarios a desarrollar nuevas urbanizaciones cerca de la "falla
Septentrional", lo cual
preocupa a los sismólogos, por el alto riesgo sísmico existente en la zona.
Entre esos nuevos proyectos urbanísticos localizados en Gurabo, figuran la urbanización Doña Fresa, desarrollada por la constructora Fres-Oscar; Estancia Elianne, ejecutada por la Inmobiliaria Media Luna, y Quinta de Gurabo, en la cual se ha empezado el trazado de sus calles.
Con el paso de la Circunvalación por las proximidades de la falla, los inversionistas y constructores prevén un aumento en el precio de la tierra en la zona, por lo cual algunas inmobiliarias están comprando terreno allí a bajos precios para construir urbanizaciones o apartar solares, y luego vender esos proyectos más caro, obteniendo jugosas ganancias por la plusvalía.
De hecho, en la urbanización Elianne, la cual está en desarrollo, el metro de tierra aumentó de RD$3,500.00 a RD$7,000.00 en los últimos 18 meses, un incremento de un 100%.
Estos nuevos proyectos preocupan al Colegio Dominicano de Arquitectos, Ingenieros y Agrimensores (CODIA) regional Norte, cuyo presidente Fernando Rodríguez, sugirió evitar la compra de viviendas o solares cerca de la falla.
"Nuestra recomendación es que las nuevas urbanizaciones se construyan en el sur, el oeste o el este de la ciudad, donde el riesgo sísmico es mucho menor. Estamos educando y orientando a la ciudadanía sobre el peligro que representa vivir cerca de la falla", expresó.
Sin embargo, el arquitecto Hipólito Gómez, quien dirigió la construcción de la urbanización Doña Fresa (ubicada a unos 500 metros de la falla) con edificios de apartamentos de cuatro niveles, defendió el proyecto señalando que cumple con los requisitos establecidos por las autoridades.
"Nuestro proyecto cuenta con los permisos de uso de suelos y aprobación de planos exigidos por el ayuntamiento de Santiago y el Ministerio de Obras Públicas", expresó Gómez.
No obstante, el arquitecto Edwin Rodríguez, del Departamento de Tramitación de Planos de Obras Públicas, informó que técnicos de esa entidad realizan labores de supervisión y análisis de estructuras para determinar si las nuevas urbanizaciones cumplen con los requerimientos aprobados y con las normas del Código Sísmico Dominicano.
De su lado, el director del Departamento de Planeamiento Urbano del cabildo local, ingeniero Benjamín Domínguez, expresó que las aprobaciones de uso de suelo para las construcciones de viviendas en la zona sísmica, fueron limitadas a una densidad poblacional de 400 personas por hectáreas para disminuir los riesgos en caso de un terremoto.
En lugares más distantes de la falla, (5 kilómetros) se permiten construcciones para 600 personas por hectárea, según explica Domínguez.
Entretanto, el director del Instituto Municipal de Gestión de Riesgo (IGER) y experto en sismología, el ingeniero Rafael Corominas Pepín, reveló que la liberación de la energía elástica acumulada por décadas a lo largo de la falla, representa un alto riesgo.
El pasado año, científicos norteamericanos reunidos en un congreso en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, advirtieron sobre la peligrosidad que representa la falla, la cual, según esos expertos, es la más delicada, ya que tiene más tiempo acumulando energía.
Los científicos de la Universidad de Texas determinaron que por la acumulación de energía se espera que el temblor que afecte al país sea de por lo menos 7.5 grados de magnitud en la escala de Richter.
La falla Septentrional pasa por Santiago, en Jacagua y Tamboril, por Salcedo, Montecristi, al pie de la cordillera Septentrional y sale por Samaná en un trayecto de 300 kilómetros.
Según los expertos estadounidenses, los daños que se produzcan en el país dependerán de donde se ubique el epicentro, y advirtieron que si se produce en Santiago habrá mucha destrucción, porque sus terrenos no son rocosos.
preocupa a los sismólogos, por el alto riesgo sísmico existente en la zona.
Entre esos nuevos proyectos urbanísticos localizados en Gurabo, figuran la urbanización Doña Fresa, desarrollada por la constructora Fres-Oscar; Estancia Elianne, ejecutada por la Inmobiliaria Media Luna, y Quinta de Gurabo, en la cual se ha empezado el trazado de sus calles.
Con el paso de la Circunvalación por las proximidades de la falla, los inversionistas y constructores prevén un aumento en el precio de la tierra en la zona, por lo cual algunas inmobiliarias están comprando terreno allí a bajos precios para construir urbanizaciones o apartar solares, y luego vender esos proyectos más caro, obteniendo jugosas ganancias por la plusvalía.
De hecho, en la urbanización Elianne, la cual está en desarrollo, el metro de tierra aumentó de RD$3,500.00 a RD$7,000.00 en los últimos 18 meses, un incremento de un 100%.
Estos nuevos proyectos preocupan al Colegio Dominicano de Arquitectos, Ingenieros y Agrimensores (CODIA) regional Norte, cuyo presidente Fernando Rodríguez, sugirió evitar la compra de viviendas o solares cerca de la falla.
"Nuestra recomendación es que las nuevas urbanizaciones se construyan en el sur, el oeste o el este de la ciudad, donde el riesgo sísmico es mucho menor. Estamos educando y orientando a la ciudadanía sobre el peligro que representa vivir cerca de la falla", expresó.
Sin embargo, el arquitecto Hipólito Gómez, quien dirigió la construcción de la urbanización Doña Fresa (ubicada a unos 500 metros de la falla) con edificios de apartamentos de cuatro niveles, defendió el proyecto señalando que cumple con los requisitos establecidos por las autoridades.
"Nuestro proyecto cuenta con los permisos de uso de suelos y aprobación de planos exigidos por el ayuntamiento de Santiago y el Ministerio de Obras Públicas", expresó Gómez.
No obstante, el arquitecto Edwin Rodríguez, del Departamento de Tramitación de Planos de Obras Públicas, informó que técnicos de esa entidad realizan labores de supervisión y análisis de estructuras para determinar si las nuevas urbanizaciones cumplen con los requerimientos aprobados y con las normas del Código Sísmico Dominicano.
De su lado, el director del Departamento de Planeamiento Urbano del cabildo local, ingeniero Benjamín Domínguez, expresó que las aprobaciones de uso de suelo para las construcciones de viviendas en la zona sísmica, fueron limitadas a una densidad poblacional de 400 personas por hectáreas para disminuir los riesgos en caso de un terremoto.
En lugares más distantes de la falla, (5 kilómetros) se permiten construcciones para 600 personas por hectárea, según explica Domínguez.
Entretanto, el director del Instituto Municipal de Gestión de Riesgo (IGER) y experto en sismología, el ingeniero Rafael Corominas Pepín, reveló que la liberación de la energía elástica acumulada por décadas a lo largo de la falla, representa un alto riesgo.
El pasado año, científicos norteamericanos reunidos en un congreso en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, advirtieron sobre la peligrosidad que representa la falla, la cual, según esos expertos, es la más delicada, ya que tiene más tiempo acumulando energía.
Los científicos de la Universidad de Texas determinaron que por la acumulación de energía se espera que el temblor que afecte al país sea de por lo menos 7.5 grados de magnitud en la escala de Richter.
La falla Septentrional pasa por Santiago, en Jacagua y Tamboril, por Salcedo, Montecristi, al pie de la cordillera Septentrional y sale por Samaná en un trayecto de 300 kilómetros.
Según los expertos estadounidenses, los daños que se produzcan en el país dependerán de donde se ubique el epicentro, y advirtieron que si se produce en Santiago habrá mucha destrucción, porque sus terrenos no son rocosos.
Fuente: Diario Libre
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