Entre lágrimas, gritos y aplausos, medio centenar de
familiares recibió anoche en el aeropuerto internacional Luis Muñoz
Marín a la segunda parte del grupo de puertorriqueños que llegó
proveniente de República Dominicana, luego que el pasado jueves
sufrieran un accidente automovilístico.
“Estoy muy feliz, ¡feliz! Se han portado muy bien con ellos allá en la clínica con mi nieto y mi nieta”, dijo emocionada Noelia Fontánez luego de abrazar y de asegurarse de que sus nietos Esteban y Casey Santiago Díaz estaban bien. Los padres de estos, Carlos Santiago Santana y Dinelia Díaz Fontánez, arribaron en sillas de ruedas, él con laceraciones en las costillas y ella con una intervención quirúrgica en el codo y la rodilla, pero están estables.
Así mismo llegó Evelyn Malavé Lozada, con heridas en su rostro y cuerpo que mostraban la magnitud del incidente que sufrieron cuando el trolley en el que viajaban como parte de una excursión fue impactado por un auto.
“Vamos a la casa. Primero que nada, a darle las gracias a Dios, y a tratar de reponernos de los golpes, todavía. Esteban, el hijo mío, tiene una costilla rota, yo tengo una costilla fracturada, que me está perforando el pulmón, pero gracias a Dios no es nada de otro mundo... Estamos aquí”, dijo, por su parte, Santiago Santana.
Pero, si algo corroboró este incidente, fue la hermandad entre el pueblo boricua y el dominicano.
Ayer, minutos antes de ser dado de alta de la clínica Alta- gracia, en Higüey, Santiago Santana reveló a este diario vía telefónica que, desde el momento del accidente, el pueblo dominicano fue “extraordinario” con ellos.
“Al momento del accidente, quedé inconsciente hasta acá, en el hospital. Cuando desperté, estaba en la clínica, lo que he escuchado de los demás compañeros es que la movilización fue bien rápida, la misma gente se paraba a colaborar. De verdad que el puertorriqueño tiene mucho que aprender de los hermanos dominicanos”, sentenció el hombre de Yabucoa.
“Ha sido extraordinario. El mismo dueño de la clínica vino a visitarnos cuarto por cuarto. Los doctores han subido a verificar la situación de nosotros y mucha gente de pueblo que ha llegado tocado la puerta para ofrecerse, lo que necesitemos”, añadió.
“Mi esposa ayer no pudo comerse lo que le dieron en el hospital y un ciudadano se fue a la casa y buscó una sopita”, contó.
Una y otra vez Santiago Santana agradeció la forma en que fue tratado y aseguró que regresaría a Quisqueya sin problemas.
“Ahora podríamos regresar con mucha más tranquilidad por el trato que recibimos tanto en el hotel y el cariño del pueblo dominicano”, dijo.
El sábado, poco antes del mediodía, en dos vuelos diferentes, llegaron 14 personas del grupo al aeropuerto, donde fueron recibidos por el secretario de Estado, David Bernier, y el cónsul de la República Dominicana en la Isla, Franklyn Grullón.
Cinco personas, dos de ellas recluidas todavía en el hospital, permanecieron en el vecino país.
Fuente: Primera Hora
“Estoy muy feliz, ¡feliz! Se han portado muy bien con ellos allá en la clínica con mi nieto y mi nieta”, dijo emocionada Noelia Fontánez luego de abrazar y de asegurarse de que sus nietos Esteban y Casey Santiago Díaz estaban bien. Los padres de estos, Carlos Santiago Santana y Dinelia Díaz Fontánez, arribaron en sillas de ruedas, él con laceraciones en las costillas y ella con una intervención quirúrgica en el codo y la rodilla, pero están estables.
Así mismo llegó Evelyn Malavé Lozada, con heridas en su rostro y cuerpo que mostraban la magnitud del incidente que sufrieron cuando el trolley en el que viajaban como parte de una excursión fue impactado por un auto.
“Vamos a la casa. Primero que nada, a darle las gracias a Dios, y a tratar de reponernos de los golpes, todavía. Esteban, el hijo mío, tiene una costilla rota, yo tengo una costilla fracturada, que me está perforando el pulmón, pero gracias a Dios no es nada de otro mundo... Estamos aquí”, dijo, por su parte, Santiago Santana.
Pero, si algo corroboró este incidente, fue la hermandad entre el pueblo boricua y el dominicano.
Ayer, minutos antes de ser dado de alta de la clínica Alta- gracia, en Higüey, Santiago Santana reveló a este diario vía telefónica que, desde el momento del accidente, el pueblo dominicano fue “extraordinario” con ellos.
“Al momento del accidente, quedé inconsciente hasta acá, en el hospital. Cuando desperté, estaba en la clínica, lo que he escuchado de los demás compañeros es que la movilización fue bien rápida, la misma gente se paraba a colaborar. De verdad que el puertorriqueño tiene mucho que aprender de los hermanos dominicanos”, sentenció el hombre de Yabucoa.
“Ha sido extraordinario. El mismo dueño de la clínica vino a visitarnos cuarto por cuarto. Los doctores han subido a verificar la situación de nosotros y mucha gente de pueblo que ha llegado tocado la puerta para ofrecerse, lo que necesitemos”, añadió.
“Mi esposa ayer no pudo comerse lo que le dieron en el hospital y un ciudadano se fue a la casa y buscó una sopita”, contó.
Una y otra vez Santiago Santana agradeció la forma en que fue tratado y aseguró que regresaría a Quisqueya sin problemas.
“Ahora podríamos regresar con mucha más tranquilidad por el trato que recibimos tanto en el hotel y el cariño del pueblo dominicano”, dijo.
El sábado, poco antes del mediodía, en dos vuelos diferentes, llegaron 14 personas del grupo al aeropuerto, donde fueron recibidos por el secretario de Estado, David Bernier, y el cónsul de la República Dominicana en la Isla, Franklyn Grullón.
Cinco personas, dos de ellas recluidas todavía en el hospital, permanecieron en el vecino país.
Fuente: Primera Hora
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