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jueves, 20 de junio de 2013

VIDEO - Muere joven al inyectarse los gluteos para aumentarlos

El último mensaje que Coralia Espinosa recibió de su hija Suyima Torres decía que ya estaba acostada en la camilla. Torres, de 28 años, iba a someterse a la segunda sesión de un tratamiento para aumentar el
tamaño de sus glúteos en la clínica Cuerpos Health & Aesthetic, un centro que le había recomendado una amiga y cuya página web parecía indicar que la clínica era segura, dijo Espinosa.  
Pero ella estaba nerviosa y había llamado a su hija sobre las 10 a.m. del 11 de abril.

Después de recibir el mensaje de Torres, Espinosa le repitió que por favor, la llamara cuando terminara el procedimiento. Torres nunca respondió a las llamadas que su madre realizó más tarde. A las 9:50 de la noche, Torres moría tras un fallo respiratorio. “Yo quiero que por lo menos la muerte de mi hija no quede impune”, dijo Espinosa. “Un ángel, es un ángel”.


Las autoridades están investigando el caso como un homicidio en conexión con el tratamiento que Torres recibió. Detectives de Miami-Dade y del Departamento de Salud de la Florida están buscando al supuesto médico venezolano que le practicó el tratamiento, cuya identidad no ha sido revelada. El establecimiento no tenía licencia para realizar tratamientos médicos. La investigación sobre la muerte de Torres, una residente de Miami, fue reportada inicialmente el martes por el Canal 4 de CBS. Localizada en el segundo piso de un centro comercial en el 8410 W.

Flagler Street, donde también se encuentran ubicados varias clínicas, un restaurante y varios salones de belleza, entre otros establecimientos. Un oftalmólogo que también tiene su clínica en el centro comercial sospechaba de Cuerpos Health & Aesthetics.

Las persianas siempre estaban bajadas y había un cártel en la puerta que impedía ver qué había dentro del establecimiento. “La puerta siempre estaba cerrada con llave. Cualquier cliente que iba allí, siempre tenían que llamar a la puerta”, dijo Richard Myers.

“Yo conozco a todos aquí, pero no a ellos”. El negocio pertenece a Ruth Planas, y según el Departamento de Salud solamente tiene permiso para funcionar como salón de masajes. Sin embargo, en su página de Facebook, la clínica anuncia que cuenta con cirujanos plásticos certificados y que ofrece planes de financiamiento.

Sus servicios incluyen aumentos de senos y glúteos, reconstrucción vaginal y maquillaje permanente. “Aumenta tus glúteos sin cirugía llama al 305-227-4077”, de acuerdo con un mensaje en la página de Facebook. El miércoles, una llamada a este número reveló que la línea había sido desconectada. El local se encontraba vacío y trabajadores de los establecimientos cercanos dijeron que habían observado como la semana pasada se estaban sacando mobiliario del establecimiento.

Torres recibió su primer tratamiento el 1ro. de abril al costo de $1,500 en efectivo. Su tía, Fortunata Amparo López Cámara, la acompañaba. De acuerdo con el testimonio de López Cámara, un hombre que se presentó como “un médico venezolano” inyectó una sustancia aceitosa, color amarilla, con una jeringa plástica en las nalgas de su sobrina. Según los padres de Torres, el supuesto médico no le realizó previamente ningún análisis.

El día 6, Torres volvió para que le quitaran los puntos, según sus padres. Aunque previamente, el supuesto médico le había dicho que el segundo tratamiento se lo practicaría al menos un mes más tarde, ese día le dijo que ya estaba “desinflamada” y que podía someterse a la segunda sesión la siguiente semana.

 Para el segundo tratamiento, que costó $800, Torres regresó sola a la clínica alrededor de las 9 a.m. el 11 de abril. Alrededor del mediodía, cuando había terminado el tratamiento, Torres dijo que se sentía “mareada”, de acuerdo con el testimonio de Ruth Planas ante las autoridades. El mareo fue tan grave que Planas llamó a una ambulancia, que transportó a Torres al Doctors Hospital en Coral Gables, donde empezó a vomitar y dijo que le era muy difícil respirar. Planas la acompañó al hospital, pero se identificó como una amiga, según los padres de Torres. Según ellos, Planas no comentó nada sobre el tratamiento que Torres había recibido.

“Si lo hubiera dicho, quizás mi hija estaría viva”, dijo su padre, Juan Luis Torres. Suyima Torres murió a las 9:50 p.m. de un embolismo pulmonar, según sus padres. El doctor Daniel Slobodianik, un reconocido cirujano plástico de Venezuela, dijo que la reacción física de Torres al tratamiento indica que la inyección fue de un biopolímero, una silicona en forma de gel, y no de colágeno.

 “El colágeno es derivado de los animales, son biodegradables, y los biopolímeros vienen de la silicona”, explicó. “El problema con los biopolímeros, es que si, cuando se inyectan pincha un vaso [sanguíneo], la substancia se va a los pulmones y la reacción es inmediata [...].

Muchas pacientes mueren de embolismo pulmonar”. Planas no ha sido acusada de ningún delito. Un vocero de la policía de Miami-Dade dijo que no podía ofrecer mayores detalles sobre la investigación, porque sigue en curso.  Las autoridades obtuvieron el permiso de un juez condal para ejecutar una orden de registro en la clínica el 17 de abril, luego de que Planas rehusara entregar información sobre las sustancias que fueron inyectadas en el cuerpo de Torres, o identificar al supuesto médico.

El Nuevo Herald no logró localizar a Planas, quien nació en Venezuela, para este reportaje, pero los registros públicos indican que ha vivido en Miami desde al menos 1998. Registros oficiales indican que su establecimiento abrió en el 2011.

orres nació en La Habana y emigró con sus padres a los 14 años. Tiene dos hermanas menores. En el 2008, se casó con otro cubano, Yuniel Echevarria, con quien tuvo dos hijas. El mismo año de su matrimonio, según documentos de la corte federal, la pareja se declaró culpable en un caso de fraude a Medicare, porque cobraban más de lo debido por servicios que prestaban a través de la clínica que operaban. Torres sirvió 18 meses de libertad condicional. Preguntados sobre este tema, los padres de Torres se negaron a realizar comentarios.

El Nuevo Herald no pudo localizar a Echevarria el miércoles por la tarde. Según sus padres, en años recientes Torres trabajó en una ferretería de Hialeah y un mes antes de su muerte, abrió una tienda de zapatos en Miami International Mall. Sus padres dijeron que era muy alegre, le encantaba el karaoke y cocinar y era una buena madre. Espinosa dijo que espera que la muerte de su hija motive a otros pacientes que buscan tratamiento médico a investigar las clínicas antes de someterse a algún tratamiento. “Que busquen bien, que indaguen bien”, dijo.

Fuente: EL Nuevo Herald
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