El cuerpo monticular de la Liga Americana anuló por completo a los poderosos bates de la Liga Nacional al dejarlos en apenas tres indiscutibles y dominarlos, 3-0, en el Juego de Estrellas de las Grandes Ligas celebrado anoche en el Citi Field de Nueva York.
Fue su primer triunfo en el clásico de veraniego desde el 2009 y le permite a la Liga Americana recuperar la ventaja de parque local en la Serie Mundial.
El partido, además, representó la última aparición de Rivera en un clásico de luminarias. Los boricuas Carlos Beltrán y Yadier Molina iniciaron en el cuadro titular de la Nacional, pero al igual que el resto de sus compañeros, no pudieron hacer nada contra el pitcheo del rival.
“La Liga Americana tenía un line-up poderoso, un pitcheo brutal. Es bien difícil jugar estos partidos así, pero eso te dice qué clase de equipo tienen”, dijo Molina, luego del encuentro.
Al comienzo del partido los fanáticos de los Yanquis de Nueva York sufrieron tremendo susto cuando el abridor de la Nacional, Matt Harvey, de los Mets, le dio un pelotazo en la rodilla derecha al dominicano Robinson Canó. “Harvey no esperaba que Trout hiciera swing al primer pitcheo, y pues al tercer lanzamiento le dimos (a Canó).
Creo que ahí se calmó, y empezó a hacer mejores lanzamientos”, explicó el receptor de los Cardenales de San Luis, quien salió de juego luego de cinco entradas.
Molina se fue de 2-0. Canó, con evidente molestia, tuvo que ser sacado de juego para ser atendido en los camerinos. Al dominicano se le realizaron rayos X y los resultados resultaron negativos.
La primera anotación del partido llegó en la cuarta entrada.
El venezolano Miguel Cabrera abrió con doble contra Patrick Corbin (de Arizona), quien entró en relevo. Acto seguido, Chris Davis logró sencillo que llevó a Cabrera a la antesala y cruzó el plato gracias a un elevado de sacrificio de José Bautista, de los Azulejos.
En la cuarta, el boricua Beltrán conectó sencillo al jardín izquierdo contra los envíos de Félix Hernández para el primer indiscutible de las estrellas del viejo circuito.
Sin embargo, la noche del boricua terminó ahí cuando el entrenador de la Nacional, Bruce Bochy, trajo a juego como corredor emergente a Andrew McCutchen, de los Piratas. Beltrán terminó la noche de 2-1.
La Americana rayó la segunda en la quinta y la última en la octava con sencillo remolcador de Jason Kipnis para el 3-0 definitivo. Pero el momento más emocionante de la noche se produjo en la parte baja de la octava entrada, cuando Mariano Rivera salió del bullpen camino a la lomita para su última aparición en un Juego de Estrellas.
Todos los jugadores dejaron sus respectivos dugouts para aplaudirlo, mientras sus compañeros de la Americana retrasaron su entrada al terreno para que el panameño recibiera solo en la lomita la ovación del público. Rivera correspondió el saludo gorra en mano.
Sin problemas, retiró los tres bateadores que enfrentó antes de recibir otro sonoro aplauso y dejó el plato servido para que Joe Nathan cerrara con éxito la novena y sellara la victoria. Rivera, de paso, fue seleccionado el Jugador Más Valioso del partido.
“Ha sido un privilegio. Por poco me hacen llorar. Ustedes son los mejores jugadores. Permitirme retirarme de la manera en que lo he hecho, no puedo estar más feliz. Gracias, gracias, muchas gracias”, dijo Rivera luego del encuentro.
Mientras, para Molina, aun después del revés, estar en el partido de anoche fue excepcional. “La pasé bien aquí en Nueva York.
Muy buena la experiencia. Ahora a descansar estos dos días para venir fuerte en la segunda parte de la temporada”, concluyó.
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