Entre las serpientes que Richard Parrinello, conservaba había dos pitones birmanas de dos metros y boas. Al parecer se trataba de un negocio ilegal de venta de serpientes, de acuerdo con una publicación de la cadena cnnespanol.cnn.com.
Parrinello mantuvo las serpientes en su garaje, todas pulcramente apiladas en contenedores y a la temperatura adecuada, de acuerdo con Roy Gross, jefe de la Sociedad Protectora de Animales del Condado de Suffolk.
Peter Constantakes, portavoz de la DEC, dijo que Parrinello fue entrevistado y emitió dos citaciones por poseer animales silvestres sin permiso y por poseer fragmentos de cocodrilo sin permiso, llevando cada uno una multa máxima de $ 250.
Fuente: El Caribe
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