AP - Boston. Si Mariano Rivera va a regresar alguna vez a lanzar en el Fenway Park, los Yanquis de Nueva York tendrán que ganar uno de los comodines de la Liga Americana.
Los Medias Rojas se despidieron anteanoche del mejor taponero en la historia del juego, su némesis, realizando una emotiva ceremonia prepartido antes de vencerles por final 9-2 para aumentar aún más su ventaja en el liderato de la División Oeste.
“Fue una gran ceremonia. ¡Tremenda!”, dijo Rivera. “Bien hecha. Una que despierta en mí un sentido de humildad.
Definitivamente aprecio lo que los Medias Rojas hicieron. Definitivamente no la olvidaré nunca”. Rivera tomó tiempo para firmar autógrafos que se sentaron cerca del bullpen de los Yanquis. En un momento incluso firmó la camisa de un jovencito que llevaba una camisa de Mariano con el número 42.
Incluso cuando entró al terreno desde el bullpen luego del último out del partido, los fanáticos que aún quedaban en el estadio le aplaudieron.
Un cuartero de chelos tocó lo que ciertamente debe ser la versión más clásica de la canción “Enter Sandman” –la que se usa en el Yankee Stadium para engalanar la entrada de Rivera a lanzar– para preceder la ceremonia de despedida del clásico rival.
La extensa ceremonia abrió con los Medias Rojas sacando punta al momento en el que le dieron al seguro miembro del Salón de la Fama uno de sus momentos más decepcionantes en el béisbol: el instante cuando él no pudo salvar el cuarto juego de la Serie Mundial del 2004 y que evitó la eliminación de Boston y les permitió reponerse de un déficit 0-3 para ganar la serie y avanzar y ganar su primera Serie Mundial en 86 años.
También mostraron vídeos de la previa ocasión en el que la fanaticada le dio a Rivera una ovación en el Fenway Park. Fue en el momento que recibieron sus sortijas de campeón en la apertura de la campaña de 2005.
Los destaques –solo representativos de tan solo cinco salvamentos tronchados ante el equipo en una carrera de 19 años– fueron exhibidos en acompañamientos de comentarios de jugadores tales como los ex medias rojas Dave Roberts, Kevin Millar y Bill Mueller.
Pero luego de celebrar esosmomentos la pizarra puso un mensaja que leía “Pero seriamente...” para comenzar a presentar elogios al dominio del panameño.
Fue grandioso”. Más adelante Mariano incluso firmó la verja del bullpen. “No puedo decirles (lo que escribí)”, dijo riéndose. “Estaba devolviendo aprecios. Gracias!”.
El equipo entero de los Medias Rojas esperó por Mariano en el cuadro interior y el toletero dominicano David Ortiz le recibió con un gran abrazo.
Manteniendo la tradición de la gira de despedida de Mariano, la organización le entregó el número 42 que siempre su esaba en la pizarra manual del equipo para anunciar que era el lanzador cuando este salía a trabajar en el estadio. Todos los jugadores del equipo firmaron el número.
A Rivera también le entregaron la goma de la lomita del bullpen visitante y una pintura de él saludando al público con su gorra del momento que fue ovacionado durante la ceremonia de entrega de sortijas en el 2005. “Fue una bendición para mí jugar aquí por tantos años”, dijo Rivera antes del partido.
“Venir a jugar ante los Medias Rojas en el Fenway Park es siempre expectante de un gran juego.
Pero nunca es fácil”. Incluyendo estadísticas de acción de postemporada, Rivera tuvo marca de 15-7 con 64 juegos salvados y un ERA de 2.59 en 127 juegos durante sus carrera de 19 años.
Pero para que Mariano vuelva a lanzar ante los Medias Rojas –Ya sea en el Fenway o el Yankee Stadium– los Yanquis tendrán que hacer los playoffs vía la ruta del wild card.
“Ojalá y no sea esta la última vez”, destacó Rivera en el contexto que los Yanquis iniciaban el partido dominical con 11 1/2 juegos de desventaja del liderato de la División Oeste pero solo 2 1/2 juegos detrás de uno de los puestos de wild card. “Estamos peleando por algo.
Queremos ir a los playoffs. No es un pensamientos que tenga sólo por mí”, destacó. El lanzador de 43 años ha dicho que se retirará al cierre de la temporada, su 19na en las Mayores, todas con los Yanquis.
Él tiene la marca de todos los tiempos de más juegos salvados con 651, una efectividad de por vida de 2.22 ERA y aún sus rivales Medias Rojas le llaman el mejor taponero en la historia del juego. “Lo que él ha hecho es increíble. Es un modelo a seguir y lo digo en el sentido completo de la palabra.
Todo el mundo debería mirar al ejemplo que es su vida”, dijo el dirigente de los Medias Rojas, John Farrell.
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