–realizado de una forma violenta-, encontró la muerte a manos de un capitán de la policía municipal de San Juan.
La noche de ese día, Peguero, quien dirigía un equipo de pelota, y vestido con el uniforme, llegó hasta la calle San Antonio, en Barrio Obrero, a la residencia del supuesto pastor, donde presuntamente funciona una iglesia, y le llamó desde fuera, pero éste nunca salió.
El dominicano habría llamado a la Policía para que le ayudaran a cobrar la deuda y resolver el conflicto. Pero desde este punto la historia transcurre por dos versiones diferentes.Una da cuenta de que Agustín Javier Peguero habría roto con un bate las ventanas de la casa del supuesto pastor y que se habría lanzado hacia los oficiales con el mazo en manos cuando estos llegaron al lugar.
La otra versión, admite que el dominicano, golpeó –pero con sus manos- las ventanas de la residencia, y que al llegar los miembros de la policía municipal se habría mostrado agresivo, por lo que éstos respondieron disparándole en el pecho.
No murió instantáneamente El hombre, herido de muerte, pudo caminar hasta su camioneta y pidió ayuda, pero los policías, en lugar de auxiliarle, lo esposaron y lo dejaron en el suelo tirado. “¿Por qué no le vació la pistola en los pies?
Si es un oficial de alto rango, ¿por qué, si tiene tanto entrenamiento, por qué no le tiró en el brazo en que tenía un bate para tumbarlo”, reclamó María Esther Peguero, hermana de la víctima.
Para José Peguero, del Comité Dominicano Pro Derechos Humanos, lo ocurrido la noche del viernes en Barrio Obrero es un crimen, no defensa propia, como alega el capitán Ismael Rivera.
“Cuando usted quiere neutralizar una persona, usted le dispara en un pie o en una pierna y yo quiero decirle a la alcaldesa (de San Juan, Carmen Yulín Cruz) que aquí se votó para que se acabara el abuso, y no se ha acabado porque esto fue un asesinato”, dijo.
Peguero aprovechó la ocasión del velatorio para informar que el caso será elevado hasta el Buró de Federal de Investigaciones (FBI) porque ya no creen en la alcaldesa y recordó que durante la administración de Santini, al igual que ahora, los dominicanos estaban desprotegidos y eran víctimas de abusos.
Las actividades de Agustín Javier Peguero eran trabajar y jugar en el equipo Los Atléticos.
Deja dos hijos, de 14 y 12 años, en la orfandad.
Sus restos serán traídos a República Dominicana para recibir sepultura.
El pastor estafador Aunque no se ha especificado el motivo de la deuda del supuesto pastor con la madre de Peguero, los vecinos de este hombre en Barrio Obrero informaron que él acostumbra a explotar a los dominicanos poniéndolos a trabajar y luego no les paga.
Fuente: Horacero.com.do
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